(Cariñosamente, Hna. Francisquita)
Mi padre se llama Francisco, tuve la dicha de heredar su nombre. Soy la Hna. Francisca Báez Leguizamón, nací el 23 de agosto de 1962 en San Juan del Paraná, Distrito de Encarnación. Ocupo el sexto lugar entre 14 hermanos.
Nuestros padres nos educaron en la fe cristiana desde niños, sobre todo, lo más valioso que hemos recibido de ellos es el testimonio de fe y amor.
Cuando tenía 9 años nos mudamos a Pirapó. Allí le conocí a las Hnas. SSpS.
Mi inquietud vocacional se despertó cuando tenía 12 años mediante el testimonio de alegría de la Hna. Crisina SSpS. Veía en ella que era la persona más feliz por pertenecer a Dios y surgió una pregunta en mi corazón. ¿Qué puedo hacer para ser como ella?
Durante mi búsqueda de la realización de mi vocación tuve algunas dificultades, apareció una enfermedad que me impidió continuar mis estudios secundarios. Más adelante se dio la oportunidad de comenzar mi estudio en el Colegio dirigido por las Hnas. SSpS, en Pirapó.
Al culminar mi básico pedí ser admitida al postulantado e ingresé en la Congregación en el año 1984, cuando tenía 21 años.
Cabe destacar que en ese tiempo de lucha y espera tuve el acompañamiento incondicional de mi madre, ella fue quien me animaba y rezaba mucho por mí. Siempre estuvo a mi lado para sostenerme, y hasta hoy me brinda su apoyo.
Mi Noviciado hice en Misiones Argentina, luego en San Lorenzo-Paraguay hice mis primeros votos.
Como juniora del primer año integré la Comunidad de La Paz, fue una experiencia comunitaria – misionera. El siguiente año me trasladé al Colegio de Juan León Mallorquín para culminar mi bachillerato.
Como juniora asumí el acompañamiento de las jóvenes, la mayoría aspirantes a la Vida Religiosa, quienes estudiaban en el colegio. También llevaba la coordinación de la Catequesis de la Parroquia Sagrado Corazón de Jesús, de los SVD.
Al culminar mi bachillerato tuve una preparación intensiva de un año para los Votos Perpetuos.
Después de mis Votos Perpetuos estudié Teología Pastoral en el Instituto de Vida Religiosa. Al término de este estudio me dediqué a la Pastoral Campesina en la Comunidad de Santo Domingo. También trabajé por un año en la misión indígena.
En el año 1989 fui enviada a Bolivia para prepararme en una escuela de Formación, específicamente para formadores y luego asumir la formación de las jóvenes. Desde entonces, me dediqué a esta tarea por varios años en diferentes etapas.
Por varios años me dediqué a la Pastoral Vocacional de la Provincia Paraguaya.
Actualmente formo parte de la Comunidad de la Casa Provincial para atender a nuestras hermanas mayores y enfermas.
Doy infinitamente gracias a Dios por haberme llamado a la Vida Religiosa Misionera, donde puedo aportar con los dones recibidos para la construcción del Reino de Dios.
Me siento muy bien en mi vocación y en la Congregación a la que pertenezco. Les animo a los jóvenes que se arriesgan en el Seguimiento de Jesucristo si son llamados. Siempre Dios les proveerá personas generosas en sus pasos, quienes les acompañarán y animarán. No están solos. ¡Arriésguense! Vale la pena.
Me atrevo a dar mi mensaje también a los padres. ¡Apoyen a sus hijos que muestran inquietud vocacional! Dios les va a recompensar si son generosos en darle a un hijo/a para la Vida Religiosa o Sacerdotal.