Nuestro carisma se basa en participar de la misión liberadora de Jesús. Por eso, en nuestras Constituciones encontramos que esta misión Cristo continúa en la Iglesia, ella debe anunciar el mensaje de salvación y llevar las riquezas del amor redentor a Dios Uno y Trino a todas las naciones. De igual manera, como Iglesia que somos también, las SSpS participamos de esta misión sublime. Además, podemos ver ahí, cómo, desde que nació nuestra Congregación, se ha ido extendido a muchos rincones de nuestro mundo, queriendo llevar el rostro femenino de Dios y un gran testimonio de vida intercultural.
Porque, respondiendo a la llamada del Espíritu Santo y a las necesidades de los pueblos, San Arnoldo Janssen, con la colaboración de la Madre María, Helena Stollenwerk, y de la Madre Josefa, Hendrina Stenmans, fundó nuestra Congregación como comunidad misionera, consagrándola al Espíritu Santo. Como Siervas del Espíritu Santo lo amamos y glorificamos de un modo especial. Por eso, urgidas por su amor, procuraremos que también reconozcan su acción en el plan salvífico de Dios, lo amen y vivan en Él.
Adondequiera que nos envíe la Iglesia, anunciaremos el amor del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Por eso, estamos convencidas que nuestro carisma sigue vigente hasta hoy día, después de más de 130 años de existencia, porque intentamos ver los signos de los tiempos, las misiones emergentes, o de frontera, y ahí respondemos…
(Puedes ver otros testimonios misioneros en nuestro canal de Youtube)